Hacer plástico líquido para revestimientos anticorrosión con sus propias manos.
Mientras reparaba mi coche, me enfrentaba a la necesidad de proteger partes de la carrocería del óxido, mientras que los materiales que tenía a mi disposición eran caros o no lo suficientemente eficaces. Después de varios días de búsqueda, surgió la pregunta: ¿qué me impide preparar la composición para el revestimiento anticorrosión con mis propias manos? En general, estos materiales son plásticos líquidos, es decir, polímeros disueltos en disolventes orgánicos.
La cuestión es básicamente sencilla. En la primera etapa, es necesario seleccionar un plástico y un solvente, en la segunda, moler las materias primas y agregar un reactivo. Qué sucedió como resultado de la implementación de esta idea: lea la reseña.
Herramientas que necesitarás: alicates y una lima grande (escofina).
Con las manos o con unos alicates, desmenuza el plástico negro; cuanto más pequeños sean los fragmentos, mejor. Lo ideal es convertirlo en polvo (hojuelas) con una escofina.
Realizamos una operación similar con el plexiglás, introduciendo las piezas en un recipiente para su análisis.
Llene el plexiglás triturado con solventes “646” y el plástico con xileno.
Echamos suficiente líquido para que cubra por completo la materia prima polimérica con un pequeño margen. El plexiglás es un buen barniz; puedes agregar un poco de xileno para ralentizar su polimerización.
Agite bien los recipientes con nuestras composiciones y déjelos en una habitación cálida durante un par de días. El recipiente debe estar bien cerrado para evitar la posibilidad de evaporación del disolvente.
Pasado este tiempo, abrimos los envases y observamos el resultado. El plástico y el plexiglás se disolvieron por completo y se volvieron adecuados para el tratamiento anticorrosión de piezas metálicas.
Comprobamos las propiedades de la composición resultante: bajamos una varilla de metal y vemos que el plástico líquido tiene una alta adherencia a su superficie.
Aplicamos el compuesto anticorrosión con un cepillo en las partes de la carrocería que necesitan protección contra la oxidación. Es mejor realizar un recubrimiento de dos o tres capas con un mantenimiento intermedio de cada capa hasta que esté completamente seco.
Durante el trabajo, es necesario observar precauciones de seguridad con líquidos químicos activos. Los disolventes utilizados tienen un olor acre y la habitación en la que se realizan los experimentos debe tener buena ventilación.A la hora de verterlo en un recipiente hay que tener mucho cuidado para evitar el contacto con la piel y mucosas.
La cuestión es básicamente sencilla. En la primera etapa, es necesario seleccionar un plástico y un solvente, en la segunda, moler las materias primas y agregar un reactivo. Qué sucedió como resultado de la implementación de esta idea: lea la reseña.
Materiales y herramientas utilizadas.
- Dos frascos de prueba con tapas herméticas.
- Para grandes volúmenes se puede utilizar como recipiente una botella (PET) de vinagre o disolvente.
- Piezas de varios tipos de plástico: en nuestro caso, el negro es un fragmento del estuche del cargador, el transparente es plexiglás, el gris es de algún tipo de dispositivo electrónico.
- Tres tipos de disolventes: “646th”, acetona y xileno (para esmaltes de automóviles).
Herramientas que necesitarás: alicates y una lima grande (escofina).
El proceso de preparación de polímero líquido.
Con las manos o con unos alicates, desmenuza el plástico negro; cuanto más pequeños sean los fragmentos, mejor. Lo ideal es convertirlo en polvo (hojuelas) con una escofina.
Realizamos una operación similar con el plexiglás, introduciendo las piezas en un recipiente para su análisis.
Llene el plexiglás triturado con solventes “646” y el plástico con xileno.
Echamos suficiente líquido para que cubra por completo la materia prima polimérica con un pequeño margen. El plexiglás es un buen barniz; puedes agregar un poco de xileno para ralentizar su polimerización.
Agite bien los recipientes con nuestras composiciones y déjelos en una habitación cálida durante un par de días. El recipiente debe estar bien cerrado para evitar la posibilidad de evaporación del disolvente.
Pasado este tiempo, abrimos los envases y observamos el resultado. El plástico y el plexiglás se disolvieron por completo y se volvieron adecuados para el tratamiento anticorrosión de piezas metálicas.
Comprobamos las propiedades de la composición resultante: bajamos una varilla de metal y vemos que el plástico líquido tiene una alta adherencia a su superficie.
Aplicamos el compuesto anticorrosión con un cepillo en las partes de la carrocería que necesitan protección contra la oxidación. Es mejor realizar un recubrimiento de dos o tres capas con un mantenimiento intermedio de cada capa hasta que esté completamente seco.
Durante el trabajo, es necesario observar precauciones de seguridad con líquidos químicos activos. Los disolventes utilizados tienen un olor acre y la habitación en la que se realizan los experimentos debe tener buena ventilación.A la hora de verterlo en un recipiente hay que tener mucho cuidado para evitar el contacto con la piel y mucosas.
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