Prevenir el tizón tardío del tomate es muy sencillo
El principal enemigo de todos los productores de tomates que cultivan tomates en terrenos abiertos y cerrados es el tizón tardío. Esta enfermedad de los cultivos de solanáceas, causada por la propagación de protistas de la sección de oomicetos a las plantas, puede provocar, en circunstancias desfavorables, pérdidas de rendimiento de hasta el 80%.
Las medidas preventivas que se llevan a cabo en todas las etapas del cultivo del tomate ayudan a prevenir el brote y el desarrollo de la enfermedad.
Los principales métodos fitosanitarios para prevenir el tizón tardío incluyen:
- cumplimiento de las reglas de rotación de cultivos (el área para tomates se cambia cada temporada, otras solanáceas (papas, berenjenas, tabaco, pimientos vegetales) no se utilizan como predecesoras);
- enverdecimiento del suelo con la ayuda de cereales, crucíferas, flores y leguminosas (avena, colza, mostaza, rábano, caléndula, arveja);
- saneamiento del suelo en invernaderos utilizando una solución de sulfato de cobre, permanganato de potasio o preparaciones microbiológicas (Fitosporin-M, Fitolavin, Trichodermin, Glyokladin, Alirin-B);
- tratamiento en otoño o principios de primavera de todos los elementos internos de estructuras cerradas (invernaderos e invernaderos) utilizando pesticidas eficaces.
¿Cómo proteger los tomates del tizón tardío con yodo?
La tintura de yodo común, un poderoso antiséptico disponible en todos los botiquines de primeros auxilios, brinda una ayuda significativa en la prevención del tizón tardío. Una solución de alcohol al cinco por ciento, adecuadamente diluida en agua, tiene propiedades fungicidas, desinfectantes, antimicrobianas y desinfectantes.
La pulverización de tomates con solución de yodo comienza en la etapa de crecimiento de las plántulas. Antes de trasplantar los arbustos a un lugar permanente, se recomienda regarlos dos veces a lo largo de la parte superior con una solución preparada a razón de 1-2 gotas por cada litro de agua, una semana después de la recolección y 3 semanas antes de plantar.
Después de plantar tomates y adaptarlos a las camas, las plántulas se tratan con una solución (20-30 gotas por cubo de agua) cada 10-14 días. Para mejorar las propiedades curativas del yodo, se recomienda agregar suero al líquido (1 litro por cubo de solución). Una vez que se seca el biofungicida, se forma una fina película protectora en la superficie de las hojas.
En veranos frescos, especialmente durante períodos de lluvias prolongadas, la concentración de yodo en la solución aumenta (5-7 ml por cubo de agua estándar) y se reducen los intervalos entre tratamientos. Toda la fumigación se realiza en tiempo seco. Si hay precipitaciones después del evento, se repite. El procedimiento se planifica por la mañana, por la tarde o en tiempo nublado, para evitar la formación de quemaduras en las láminas de las hojas y los tallos.
Además de sus funciones protectoras, una solución de tintura alcohólica de yodo actúa como un aderezo foliar eficaz, estimulando el funcionamiento de los órganos fructíferos y acelerando el crecimiento de los tomates en los arbustos.En veranos húmedos, se recomienda adicionalmente regar las plantas en las raíces y entre las hileras con una solución preparada sin suero a razón de 0,5 litros por cada arbusto o 2 litros por cada metro lineal.
Productos microbiológicos para la prevención del tizón tardío.
Según revisiones de jardineros experimentados que no usan pesticidas al cultivar vegetales, el resultado máximo en la protección de las plantas contra enfermedades fúngicas se logra combinando varios métodos. Es recomendable alternar tratamientos con solución de yodo con pulverizaciones con preparados microbiológicos (Fitosporin-M, Trichodermin y sus análogos). Los microorganismos beneficiosos presentes en estos productos inhiben la actividad vital de muchos patógenos vegetales, incluidos los patógenos del tizón tardío.
Alimentación radicular y foliar de tomates con fertilizantes potásicos.
La fertilización también juega un papel importante en la inmunidad de los tomates. Los tomates, provistos de todos los componentes nutricionales necesarios, resisten mucho más eficazmente los factores adversos, incluidas las infecciones por hongos.
Después de plantar plántulas en camas o invernaderos, los fertilizantes con una alta concentración de nitrógeno, incluidos los orgánicos, no son deseables para los tomates. Las sustancias nitrogenadas estimulan el crecimiento de potentes copas, lo que se produce en detrimento de la fructificación.
Las plántulas de solanáceas que han entrado en la fase de brotación, floración, formación de ovarios y llenado de frutos necesitan urgentemente dosis adicionales de potasio. Por ello, los expertos aconsejan aplicar periódicamente fertilizantes con este elemento en forma de raíces y fertilizantes foliares adicionales (sulfato de potasio, “Kristalon brown”, “PARTNER Standart NPK 09:12:35+S+ME”, “Kelik potasio”, “Plantafol potasio”, etc.).
También es adecuada la ceniza vegetal común, que contiene, además de potasio, sales de fósforo y un complejo de microelementos. Además, introducir ceniza en la raíz mediante el arado durante el aporque o el aflojamiento ayuda a rehabilitar el terreno (medio vaso por cada plántula). Y los tratamientos foliares hechos con un pulverizador de jardín con infusión de ceniza colada (1/2 kg de ceniza en un balde de agua, déjela reposar durante al menos un día) no solo proporcionan a las plántulas componentes nutricionales, sino que también las protegen de la propagación de esporas de hongos y bacterias.
¡Deje que su plantación de tomates lo deleite con altos rendimientos cada temporada!
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