Llavero inteligente
Un objeto como un llavero en su vida cotidiana puede decir mucho sobre una persona. Un pequeño vuelo de fantasía, que cuelga pacíficamente de las llaves o del teléfono, de una forma u otra corresponde a las cualidades y deseos internos de su dueño. Para las personas que tienen una actitud negativa hacia un montón de campanas o destellos que cuelgan al azar, un llavero con forma de libro es la solución ideal. Esta es una verdadera miniatura de un libro, creada en poco tiempo, pero que puede servir durante muchos años. Para crearlo necesitaba las siguientes herramientas:

hojas de papel A4;
un pequeño trozo de cartón;
lápiz;
gobernante;
tijeras;
cuchillo de papelería;
pegamento PVA;
aguja e hilo;
cadena de metal;
un punzón o herramienta similar.
El primer paso es preparar el documento para el contenido futuro del libro, es decir, las páginas. Para ello, con un cuchillo y unas tijeras, corte hojas de papel blanco en rectángulos de 3 por 6 centímetros.

Por cierto, el papel no tiene por qué ser blanco. Todo depende de los colores de página que elijas. Doblamos las hojas resultantes por la mitad para obtener páginas dobles de 3 por 3 centímetros. Los agrupamos en pequeños libros de tres.

Ahora en el pliegue de cada paquete hacemos agujeros a la misma distancia entre sí.

Este procedimiento lo hice en dos etapas para que las páginas no se movieran.

En total, decidí detenerme en 5. Luego, usando una aguja e hilo normal, unimos nuestros libros en miniatura con encuadernación copta.

Si conoce alguna otra opción vinculante, puede utilizarla. El resultado final es algo como esto.

El último paso es cubrir bien el lomo resultante con pegamento PVA y dejar secar bajo presión.

Mientras nuestro futuro libro se seca, podemos empezar a trabajar en su portada. Para hacerlo utilicé cartón normal y un pequeño trozo de papel impreso. Para empezar, recortamos dos trozos de cartulina que correspondan al tamaño de las páginas y uno que coincida con los parámetros del lomo.

Con ayuda de PVA las pegamos sobre el bonito papel elegido para la portada, dejando huecos.

Luego hacemos estos cortes en el papel.

Ahora, dobla los bordes restantes y pégalos.

En la parte del lomo que estará en la parte superior del libro, usa cualquier objeto punzante (yo usé una herramienta de máquina de coser para cortar hilos) para hacer un pequeño agujero y sujetar la cadena.

Se acerca el momento más crucial. Armando la portada y el libro. Para ello, pegue el lomo del libro al espacio previsto para ello en la portada. Para una mejor sujeción, también pegamos las páginas exteriores a la portada.

Esto también soluciona el problema de las juntas abiertas del papel destinado a la cubierta. Esta es la belleza que tengo.

Como elegí papel normal para la portada, que puede desgastarse con el tiempo, lo cubrí directamente encima con pegamento PVA.Cuando está seco, este pegamento se vuelve transparente.

Empecemos por la decoración. Decidí decorar los bordes de mi libro con un contorno verde tridimensional. (foto 17) Para evitar que el libro se abriera constantemente, pegué trozos de una cadena de metal a sus cortezas. Naturalmente, para esta acción no utilicé PVA ni superpegamento (Foto 18) Esta belleza ahora hace alarde de mis llaves.



hojas de papel A4;
un pequeño trozo de cartón;
lápiz;
gobernante;
tijeras;
cuchillo de papelería;
pegamento PVA;
aguja e hilo;
cadena de metal;
un punzón o herramienta similar.
El primer paso es preparar el documento para el contenido futuro del libro, es decir, las páginas. Para ello, con un cuchillo y unas tijeras, corte hojas de papel blanco en rectángulos de 3 por 6 centímetros.

Por cierto, el papel no tiene por qué ser blanco. Todo depende de los colores de página que elijas. Doblamos las hojas resultantes por la mitad para obtener páginas dobles de 3 por 3 centímetros. Los agrupamos en pequeños libros de tres.

Ahora en el pliegue de cada paquete hacemos agujeros a la misma distancia entre sí.

Este procedimiento lo hice en dos etapas para que las páginas no se movieran.

En total, decidí detenerme en 5. Luego, usando una aguja e hilo normal, unimos nuestros libros en miniatura con encuadernación copta.

Si conoce alguna otra opción vinculante, puede utilizarla. El resultado final es algo como esto.

El último paso es cubrir bien el lomo resultante con pegamento PVA y dejar secar bajo presión.

Mientras nuestro futuro libro se seca, podemos empezar a trabajar en su portada. Para hacerlo utilicé cartón normal y un pequeño trozo de papel impreso. Para empezar, recortamos dos trozos de cartulina que correspondan al tamaño de las páginas y uno que coincida con los parámetros del lomo.

Con ayuda de PVA las pegamos sobre el bonito papel elegido para la portada, dejando huecos.

Luego hacemos estos cortes en el papel.

Ahora, dobla los bordes restantes y pégalos.

En la parte del lomo que estará en la parte superior del libro, usa cualquier objeto punzante (yo usé una herramienta de máquina de coser para cortar hilos) para hacer un pequeño agujero y sujetar la cadena.

Se acerca el momento más crucial. Armando la portada y el libro. Para ello, pegue el lomo del libro al espacio previsto para ello en la portada. Para una mejor sujeción, también pegamos las páginas exteriores a la portada.

Esto también soluciona el problema de las juntas abiertas del papel destinado a la cubierta. Esta es la belleza que tengo.

Como elegí papel normal para la portada, que puede desgastarse con el tiempo, lo cubrí directamente encima con pegamento PVA.Cuando está seco, este pegamento se vuelve transparente.

Empecemos por la decoración. Decidí decorar los bordes de mi libro con un contorno verde tridimensional. (foto 17) Para evitar que el libro se abriera constantemente, pegué trozos de una cadena de metal a sus cortezas. Naturalmente, para esta acción no utilicé PVA ni superpegamento (Foto 18) Esta belleza ahora hace alarde de mis llaves.



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