Cómo restaurar una sartén de hierro fundido y hacerla antiadherente
Las viejas sartenes de hierro fundido oxidadas con una gruesa capa de depósitos de carbón se pueden restaurar y volver a utilizarlas. Además, existe un método que permite hacer que su superficie sea antiadherente, por lo que la comodidad de cocinar en ellas será comparable a la de las sartenes modernas. La restauración no es un proceso rápido, pero la tecnología en sí es muy accesible y económica.
Que necesitarás:
- Leña o maleza;
- raspador metálico para platos;
- detergente de lavavajillas;
- aceite de linaza o cáñamo;
- vendaje;
- harapos;
- horno eléctrico.
El proceso de restauración de una sartén de hierro fundido.
Es muy difícil eliminar mecánicamente los depósitos de grasa de muchos años en una sartén. Lo mejor es encender un fuego debajo y asarlo bien al fuego.
Los depósitos se quemarán y, como resultado, quedará metal puro con el que se podrá seguir trabajando. Es importante no dejar que la sartén se enfríe rápidamente después de la cocción. Lo mejor es dejarlo sobre las brasas hasta que se enfríe por completo.
La sartén enfriada se remoja durante la noche en una solución jabonosa.
Al día siguiente hay que rasparlo con un raspador de metal y detergente para lavavajillas.
Luego se coloca en la estufa y se calienta para que la humedad se evapore rápidamente.
Si se seca naturalmente, se oxidará mucho.
Frote aceite de linaza o cáñamo en una sartén seca y enfriada después de secarlo en la estufa.
Es mejor hacer esto con un contenedor para eliminar simultáneamente una ligera capa de óxido. Necesitas frotarlo por todos lados. El aceite se aplica en una fina capa. No necesitarás más de una cucharadita.
La sartén rallada se coloca en un horno calentado a 250 grados centígrados durante 1 hora.
El aceite se evaporará dejando una fina película protectora similar al teflón.
Pasada una hora, se retira la sartén y se deja enfriar, tras lo cual se frota con una segunda capa de aceite. Esto debe repetirse de 5 a 7 veces. Cuantas más capas hagas, más estable será la superficie. A partir de la segunda capa, es mejor frotar el aceite con un trapo y no con una venda, ya que ya no aparecerá óxido. La ventaja de la tela es que no deja hilos en la sartén.
Lo óptimo es que el molde se enfríe lentamente en el horno después de cada capa. Es decir, puedes configurar un temporizador y no controlar el proceso. Así, en unos pocos días, sin apenas gastar tiempo, se puede restaurar a un estado incluso mejor que en el momento de la compra.
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